jueves, 12 de julio de 2012

La presidente desde el atril se enoja, pero desconoce los problemas latentes










La presidente Cristina Fernández de Kirchner hoy volvió a la carga contra los periódicos y contra algunas personas en particular. En su habitual cadena nacional a la que ya nos tiene acostumbrados a todos los ciudadanos aprovechó para hablar de un empresario inmobiliario que había dado un testimonio para una nota -vinculada con la recesión imperante -a un periodista de Clarín

Sin embargo, demostró ella misma a través de sus palabras que tomó medidas para disciplinar a ese empresario a través de su situación fiscal en la AFIP. 


El próximo 19, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA difundirá los índices de desarrollo humano. Agustín Salvia,  investigador jefe del Observatorio participó en un programa de televisión en el que aseguró que "con los números de la inflación y la recesión,  los sectores más pobres están volviendo a postergarse en cuestiones básicas. Esta situación es similar a la vivida en la crisis del 2001".  


En el diario español El País el martes apareció una nota publicada en su versión online sobre la pobreza en Buenos Aires. Francisco Peregil, su autor, puso el foco en las villas miserias enquistadas en la ciudad de Buenos Aires, su crecimiento y cómo han fracasado los gobernantes en erradicarlas o en todo caso urbanizarlas y proveerles los servicios básicos. 


En estas dos últimas semanas, los casos de inseguridad se han multiplicado y han sorprendido y enojado mucho a la ciudadanía. El caso de los hermanos comerciantes asesinados en Cañuelas; las dos embarazadas atacadas a balazos en distintas zonas del conurbano bonaerense; una de ellas perdió su embarazo y la otra recibió un tiro en una de sus piernas, sin poner en riesgo la vida del bebé; los asesinatos de un chico de 18 años el lunes y el martes de un panadero que estaba trabajando son algunos de los tantos casos que aparecen en las tapas de los diarios que desde el periodismo, sabemos que basta que aparezca un caso para que se repliquen decenas de ellos y esa es una elección en la agenda mediática. Por ese lado, se puede hacer responsables a los medios de comunicación, pero por el otro, es una manera de exponer un problema que realmente no ha sido nunca objeto de preocupación ni compromiso de los gobernantes que han ejercido la presidencia desde el regreso de la democracia en 1983. 


Además del problema de la inseguridad se le agrega otro colateral, el del narcotráfico que tiene en el centro a los mexicanos y colombianos viviendo en Buenos Aires que han ingresado al país a pesar de contar con frondosos prontuarios en sus países de origen. Allí, no ha habido otra cosa que connivencia de parte de la clase política que a través de algunos favores realizados por los narcotraficantes han obtenido su ciudadanía sin ningún problema, mientras que otras personas que por ejemplo, han venido a estudiar al país deben presentarse cada 15 días en Migraciones para presentar boletas de impuestos, depósitos bancarios que demuestran su solvencia y demás. No hace mucho se conoció el caso de la esposa de un narcotraficante mexicano con pedido de captura internacional que fue atrapado en Ezeiza, y ahora ella estaría cumpliendo prisión domiciliaria -con una tobillera -en uno de los barrios cerrados más caros de toda la Argentina, el Nordelta. 


La gente afectada por la inseguridad sale a las calles a pedir que la justicia actúe y que funcione, pero los políticos no ajustan el asunto porque muchos de ellos han sido reelectos en las elecciones ocurridas en octubre pasado.


El poder político a través de los años no ha puesto atención en el desempeño de las fuerzas de seguridad ni tampoco ha tratado de desenmarañar la corrupción imperante dentro de ellas. Cuando asumió la ministra de Seguridad, Nilda Garré, hubo un atisbo de querer hacer modificaciones y aleccionar, pero no progresó mucho. 


La presidente disciplina desde el atril, pero a veces sería mejor que aprovechara el poco tiempo que le dedica a su gestión para reunirse con sus funcionarios y así poder anoticiarse de los principales problemas que aquejan a la sociedad.